martes, 25 de febrero de 2014

Hacia dónde dirigir la educación en nuestra sociedad actual

La educación se puede entender de forma absoluta y determinista como el proceso multidireccional mediante el cual se transmiten conocimientosvalorescostumbres y formas de actuar. Ahora bien, este concepto es cambiante, está expuesto a el ambiente en el que se imparta esa educación, variando espacio y tiempo del lugar donde se lleve a cabo; en ejemplo; no es lo mismo educar en Tanzania que en un país Gran Bretaña, o realizar el proceso de educación en la época de la primera máquina de vapor, en Mesopotamia o en la convergente actualidad.
Es de entender, por tanto, que el sistema de educación y sus fines tienen que ser dinámicos, adaptándose a las circunstancias que le rodean, sacando ventaja del desarrollo existente en cada zona para llegar a cumplir unos objetivos. Ahora bien, la pregunta es la siguiente ¿Hacia dónde se tiene que dirigir la educación actual? ¿Cuáles son las prioridades desde el punto de vista educativo en  nuestra situación actual? Esta pregunta sería fácilmente respondida por el político de turno al cargo con la palabra que más ha engañado y daño ha hecho a nuestra educación: “reforma”. Sin embargo, esta medida ya ha sido llevada a cabo en numerosas ocasiones por diferentes equipos de gobiernos de nuestro país con nefastos resultados académicos, que verdaderamente éstos últimos no son un verdadero indicador del nivel de educación de una población, tal vez ese sea el error.
Todas estas reformas  han alimentado a una sociedad  que fomenta el método “del copia y pega”, que no asimila la información, que no la retiene y lo más importante, no se la cuestiona. Todo este despropósito se ha visto acelerado por el incipiente auge de la tecnología y la facilidad de acceder a cantidad ingente de información que en hace no muchos años, nos resultaría impensable. Es por esto que no somos actualmente receptores y asimiladores de información, sino simples  transductores de ella. La única explicación posible a esta situación, es la aplicación de este método con el único fin de obtener la mayor rentabilidad  o eficacia en el proceso. (“Buscar el número mayor de personas aptas o que alcancen un determinado nivel, sin importar si todo lo adquirido en el proceso se ha entendido, tendrá aplicación alguna o si perdurará  en ellos por mucho tiempo”).
Por ello, identificando la raíz del problema, se ha de intentar  formar mediante la educación a personas libres, cultas. No entender culta a persona con un gran conocimiento acerca de varias materias (que también podría ser culto), sino personas que observan la vida con mirada independiente y libre, que fomentan la inquietud, el pensamiento crítico y la movilización de ideas.
Este tipo de personas son el antagonismo del “producto” que quiere crear este sistema (económico y por ende, educativo) para sí, para su propia rentabilidad, para su propia eficiencia, eliminando todo flujo de pensamiento crítico y fomentando la resignación. Personas que se alientan con el último Barça-Madrid, personas que se alientan con lo que ocurre en las alcobas de los personajes de la fama, personas que ya no se guían por instintos y necesidades naturales, sino por los instintos y necesidades que les crea el propio sistema.
Para su progreso, la sociedad no necesita de personas inmersas en el pozo de la resignación, en el de la linealidad,esto es peor que la marihuana, la cocaína o la heroína; duerme, droga a la sociedad. La sociedad no requiere  para su desarrollo gente dormida; “drogada”, la sociedad requiere de personas que inquietan, que perturban, que movilizan conciencias, y éste es el fin último y prioritario de la educación. Entender, compartir y cuestionar.





Jose Luis Sampedro: "“El hombre libre primero razona y luego se cree lo que ha razonado”

2 comentarios:

  1. Me parece que tu comentario es muy interesante igual que tu punto de vista, gracias por compartirlo

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  2. Me ha gustado mucho sobre todo cuando dices que ni asimilamos ni cuestionamos la información

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